Levante la mano quien nunca haya sentido coraje. ¡No veo manos arriba! ¿Será porque es normal sentirlo? Sin duda el coraje es un sentimiento como cualquier otro. Sucede que obviamente nos gusta más sentir emociones positivas como lo es la felicidad, que emociones negativas como lo son el miedo y el coraje. Sin embargo, a algunos les da coraje más fuerte que a otros y hasta incluso les puede durar días. Si eres de los que siente coraje constantemente y desea manejarlo, presta atención a la siguiente información.
- Reconoce que quieres controlarte– Esta parte puede sonar obvia, pero quien no reconoce que tiene algo que mejorar, no lo va a mejorar. El mejor ejemplo es el alcohol. Quien piensa que toma de forma “social” no va a buscar ayuda para manejar un problema con el alcohol porque para esa persona no es un problema. Así que debemos reconocer que tenemos un problema con el coraje o que simplemente queremos aprender a manejarlo.
- Ten la disposición- Una vez reconocemos que tenemos un problema necesitamos la disposición para el cambio. Yo he visto cambios maravillosos en mis pacientes, pero vienen de los que tienen la disposición para lograrlo.
- Evalúate– Puedes usar un diario, libreta o incluso tu celular para llevar un registro de lo que te causa coraje. Anota qué pasó, quién lo causó, cómo te sentiste, cuánto duró y qué hiciste para resolverlo. Puedes utilizar una escala del 1 al 10 para evaluar el progreso.
- Pendiente a tus pensamientos– Los pensamientos son la clave del control de muchos de nuestros problemas. Mantén el control de ellos y cuidado con los pensamientos automáticos y negativos. Puedes escribir los pensamientos en el registro que hablamos en la número 3.
- Pon en práctica estrategias de relajación– Existen muchas formas de relajarnos. La manera más sencilla de hacerlo es poner en uso nuestros 5 sentidos (gusto, audición, olfato, tacto y visión). Recuerda que queremos distraernos lo más rápido posible para no llegar a sentir ese coraje tan intenso. Por ejemplo, escuchar música, prender una vela de olor, realizar ejercicios de respiración, ejercicios de visualización y hablarte a ti mismo.
- Practícalo– Recuerda que como todo en la vida hay que practicarlo. Todos somos diferentes y quizás lo que me funciona a mí no necesariamente le funcionará a los demás. Lo importante es que tengas las ganas de lograrlo, busques alternativas y las practiques.
Recuerda que la tolerancia es la clave. Mantén el control de tu coraje. Si piensas que no lo puedes controlar, busca ayuda. Los profesionales de salud mental te podemos ayudar.
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