¿Alguna vez has estado pensando una y otra vez en el mismo asunto? ¿Sueles darle vuelta a los mismos pensamientos? ¿Se te hace difícil dejar de pensar en un asunto en particular? Seguramente pudiéramos estar hablando de rumiaciones. Las rumiaciones son pensamientos repetitivos que nos consumen mucho tiempo y energía. Esto nos puede generar mucha ansiedad, frustración y preocupaciones. Dichos pensamientos suelen ser catastróficos así que imagínese en los resultados al repetirlos constantemente. Las rumiaciones pueden ocurrir en cualquier lugar. No importa si está en su trabajo, de vacaciones o haciendo cualquier otra gestión. Podemos llegar a pensar que no es malo reflexionar y realmente no lo es, pero rumiar no es una forma saludable de reflexionar.
¿Qué podemos hacer para evitarlas?
1. Para detener las rumiaciones debemos concentrarnos en el momento presente. La rumiación hace precisamente eso, nos aleja del momento presente y de la actividad que estamos realizando para transportarnos al momento que nos causa dolor o preocupación. Concentrarnos en el momento presente es literalmente eso. Si usted está comiendo, va a estar concentrado en la comida, disfrutar los sabores y enfocarse en lo que está haciendo. Si está compartiendo con un grupo de amigos se va a enfocar en la actividad que está realizando. Igual si está trabajando o cualquier otra actividad que esté realizando. Recuerde enfocarse en el momento presente.
2. Un ejercicio que me da buenos resultados con mis pacientes es automonitorear el contenido de los pensamientos. Por ejemplo, nosotros pensamos muchas veces en automático. Es muy raro que nos detengamos a pensar en lo que estamos pensando y eso es importante. Así que detente y comienza a pensar lo que estás pensando. Así te darás cuenta del contenido de tus pensamientos y podrás trabajar para cambiarlos. A veces ni cuenta nos damos que algo nos preocupa porque actuamos en automático.
3. Otra forma de detener las rumiaciones es con las distracciones. Como les dije anteriormente debemos concentrarnos en el momento presente, explorar lo que estamos pensando y distraernos. Todo lo que ponga en uso nuestros sentidos (olfato, gusto, vista, tacto y visión) facilita la distracción. Haz un plan. Piensa lo que vas a hacer en ese momento en el que te atacan los pensamientos negativos y ponlo en práctica. A mí me funciona mucho la música. Puedo sentirme cansada, aburrida y hasta triste y la música me ayuda muchísimo. ¡Inténtalo!
Dejar de rumiar es posible, pero tienes que trabajarlo día a día. Pon en práctica las recomendaciones e incluso puedes buscar más información sobre el tema. Como dice el puertorriqueño “querer es poder” y si se propone lograrlo, aunque le dé trabajo, lo hará. Recuerda que puedes buscar ayuda de un profesional como un psicólogo para trabajar con los pensamientos.
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