Es un hecho que nadie está exento de tener que cuidar a otro en algún momento de nuestras vidas. Ya sea nuestro padres, hijos, esposos, hermanos o cualquier persona significativa en nuestras vidas. El proceso puede ser agridulce. Por un lado, podemos sentirnos muy útiles y agradecidos con la oportunidad de devolverle a un ser querido lo que ha hecho por nosotros. Por otro lado, puede ser desgastante física y emocionalmente. Es en esos momentos en lo que uno se pregunta ¿quién cuida al que cuida? Todo el mundo suele preocuparse por la persona que está enferma, pero muy pocas veces se preocupan por quien cuida. Puede ser para cosas tan sencillas como llevarle comida, agua, relevarlo un tiempo para que salga y se despeje, entre otras. El cuidador, al estar tan pendiente a la persona que cuida regularmente se descuida y eso puede provocar el que aparezca más rápidamente los síntomas de un desgaste físico y emocional.
Algunos autores hablan de lo que se conoce como el Síndrome del cuidador. ¿Qué es eso? Se habla de un desgaste físico y emocional de la persona que está cuidando. El agotamiento es tan fuerte que afecta a la persona a nivel físico y a nivel emocional de forma profunda. Puede llegar a sentir tristeza, impotencia, rabia, culpa, entre otros. Si usted es el que cuida, esté pendiente a sus síntomas. Considere buscar ayuda si con el pasar del tiempo comienza a sentirse muy cansado, no puede dormir, se siente irritable, triste, desesperanzado, con niveles elevados de estrés y ansiedad. Es sumamente importante que pidamos ayuda si entendemos que la necesitamos. Si alguien llega a visitar a la persona enferma, aproveche y haga sus cosas, saque tiempo para usted y nunca se olvide de comer y dormir.
Si estás al cuidado de algún familiar, no olvides cuidar de ti también. En cambio, si alguien de su familia o amigos está al cuidado de otra persona, ayúdelo con lo que pueda. Como dije anteriormente, llévele comida, relévelo por un periodo de tiempo o simplemente pregúntele si necesita algo y ofrézcale apoyo. Todos podemos aportar con algo.
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