Tus comentarios me duelen…
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Quiero que hablemos un ratito de este tema que para mí es demasiado importante. Me quedé pensando mucho en alguien que me llamó afectada por unos comentarios que le habían hecho y que eran constantes. Es común escuchar: “Los comentarios de X persona me duelen”. Alguna vez te has puesto a pensar cómo se sintió la persona a quien le dijiste “Nena, pero qué gorda tú estás”, “Qué estabas pensando cuando te pusiste esa ropa”, “Te ves feísimo/a”, “Pero qué flaca, pareces enferma”, “No vas a tener hijos, y quién te va a cuidar cuando seas vieja/o”. Y así hay muchísimos ejemplos. Alguna vez has pensado que esa persona puede estar lidiando con una batalla con el peso, con la infertilidad, con la autoestima y que tu comentario puede hacer muchísimo daño. A mí me ha pasado y me ha pasado mucho. La gente hace muchos comentarios sobre mi peso, sobre mi vida, sobre que soy una doctora joven y la vida me ha enseñado a no darle importancia, pero duele.
Por eso quiero que tomemos conciencia y pensemos antes de hablar. Si para ti me veo fea, piénsalo, pero no lo digas. Si me veo flaca o gorda, piénsalo, pero no lo digas. Si no tengo hijos y piensas que nadie me va a cuidar cuando sea vieja, piénsalo, pero no lo digas. Total, eso es asunto de cada quien. Piensa más y habla menos. No me hagas daño con tus palabras. Ni a mí ni a nadie.
Punto de vista emocional
Desde el punto de vista emocional si una persona está inestable, vulnerable, decaída, un comentario como este puede ser el detonante de algo mucho peor aunque usted no lo crea. Recuerda que puedes ver a la persona “de lo más bien”, pero no sabemos las batallas internas con las que esté lidiando. Los invito a reflexionar sobre sus acciones. Toma esta semana y explora cómo le hablas a las demás personas. Si te das cuenta que pudiste haber sido ofensivo comienza a trabajarlo. Nunca es tarde. Igual puedes excusarte con esa persona.
A los padres
Como padre o madre también puedes reflexionar en la forma en que le hablas a tu hijo/a. Le dices bruto/a, estúpido/a, que se parece a su padre o madre. Todos esos comentarios afectan el desarrollo de los/as menores y es algo que podemos aprender a controlar. Si tienes coraje y te has dado cuenta que bajo coraje dices cosas y luego te arrepientes, aprende a controlarlo. ¡¡¡¡Es posible!!!! Pero tienes que identificarlo y luego comenzar a trabarlo.
Redes sociales
En las redes sociales ocurre lo mismo e incluso peor. Yo he leído comentarios y he sentido vergüenza, lástima y hasta dolor. El hecho de que las personas sean figuras públicas no quiere decir que podemos escribir e insultarlos. ¿De verdad piensan que eso no duele? ¿Que no hacemos daño? Y si fueses tú o tu hijo/a ¿te gustaría que alguien escribiera cosas tan feas? También me ha pasado en las redes sociales. Alguien criticó mi libro y yo siempre supe que eso iba a pasar. Nunca podemos complacer a todos. Pero esa persona no criticó mi libro, me insultó a mí, sin tener la más mínima idea de quién soy y porqué lo hice. Sin haber leído ni una palabra de lo que escribí y porqué lo escribí. Pero vuelvo y les digo que he aprendido a ignorarlo, a valorarme y aceptarme tal cual soy sin importar a quien le gusta o a quien no, pero duele.
A los que se sienten identificados porque los han criticado
Ya les conté que me ha pasado y les aseguro que me pasa mucho. Lo importante es lo que pienses tú de ti mismo. No permitas que comentarios negativos con o sin mala intención te afecten. Ya les dije que duele, pero no lo permitas. Apodérate de ti, de tus emociones y de tus creencias y no permitas que personas mal intencionadas bajen tu autoestima o afecten tu forma de pensar. No hay forma de complacerlos a todos.
No olvides el refrán…“No le hagas a nadie lo que no te gusta que te hagan”.
Recuerda…Piensa más y habla menos.
Mi libro lo consiguen en: www.artesanosonline.com
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