
¿Y el bebé pa’ cuándo?
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Hoy es el Día de las Madres y en este tema tengo diferentes posturas, quizás no tan populares. Comencemos con que, si fuera por mí, lo quitaría, pero luego te cuento el porqué.
La pregunta que nunca falta
Durante toda mi vida, he perdido la cuenta de cuántas veces me han preguntado cuándo voy a ser madre. Es como si tu valor humano dependiera meramente de eso.
Admito que me molesta la pregunta y me sorprende que parece como un chip que le instalaron a las personas porque te ven y automáticamente te hacen la misma pregunta.
Miren si es un chip que hace que las personas pregunten sin pensar que, en una ocasión, una persona que no tiene hijos le cuestionó a mi esposo qué iba a pasar con su apellido si no teníamos hijos. ¡Ni que fuésemos los reyes de Inglaterra! Con su apellido va a pasar lo mismo que pasó con el de ella, que no tuvo hijos.
Una vez, en una cita médica, de esas que llegas a las 8 a. m. y sales a las 5 p. m., estuve hablando con una señora muy amigable, hasta que llegó el tema de la maternidad. Ella no podía creer que, al preguntarme cuántos hijos yo tenía, mi respuesta fuera ninguno y que no estaba en mis planes serlo.
Hay una historia detrás de eso que ya mismo les hago. Esa señora, que yo había conocido ese día, me dijo que yo era rara porque, para ella, “todas las mujeres nacemos con el instinto de ser madres”.
De ese día han pasado como 8 años y yo aún lo recuerdo. Las personas tenemos que aprender muchas cosas, entre ellas a respetar a los demás y a entender que nuestras palabras tienen gran poder. Tienen el poder de causar muchas cosas positivas, pero también de dejar huellas dolorosas.
Una verdad que no siempre se puede decir
Les dije que había una verdad detrás de decir que no quiero ser madre. Razón que dejé de contar porque, por alguna razón, la gente siente el poder de decirte las decisiones que debes tomar, como por ejemplo: “Dios tiene la última palabra” o “también puedes adoptar”. Ya lo escucho y me da risa, pero antes me molestaba. Tengo endometriosis y creo que eso debe responder muchas preguntas.
Soy creyente y estoy de acuerdo en que Dios tiene la última palabra, pero estoy segura de que eso yo lo entiendo y que quien no lo entiende es la gente, porque ¿quién dice que esta no sea la última palabra de Dios conmigo? Dejé de decir lo de endometriosis y lo cambié a que no quiero ser madre porque me insistían más cuando decía lo primero.
Desde antes de ser mayor de edad estoy escuchando a los doctores decir que es muy probable que no pueda ser madre. Lo entendí, lo respeté y he creado una vida, la mejor posible, llena de tantas cosas maravillosas, y me cuesta creer el porqué las personas insisten tanto en lo mismo.
Bad Bunny y la presión social
Hace poco vi un video de Bad Bunny que yo nunca había visto. Él estaba en una fiesta de despedida de año y todo el mundo le preguntaba: ¿cuándo te vas a casar?
Él se mostraba sorprendido de que todo el mundo le preguntara lo mismo. La misma sorpresa que me causa el asunto de los hijos.
Como he dicho anteriormente, si algún día quedo embarazada, no lo voy a poder ocultar.
Mi hermana y mi nuevo rol
Para colmo… mi hermana está embarazada de mi primer sobrino. Yo lo soñé, sin saber que ella estaba embarazada; vi un niño con el nombre que eligieron para mi sobrino.
No tienen idea de lo feliz que estoy por ella y por dar lo mejor para ser la mejor tía.
Pero, ¿ustedes no pensarán que entonces la gente me mira y me pregunta cuándo voy yo?
Si ella es menor que yo y va a tener un bebé, entonces yo debería tener uno ya… obviamente, según la gente.
Las heridas invisibles
En terapia he acompañado a tantas mujeres que pasan por esto.
Otras con mis mismas circunstancias de salud, pero con el deseo de serlo y teniendo que lidiar con todo esto.
He atendido mujeres que han pasado por tres, cuatro, cinco abortos y se encuentran con la pregunta de “¿y el bebé pa’ cuándo?” o la nueva: “las mujeres no quieren parir”.
Esa última frase retumba tanto en mi cabeza. Qué fácil resulta reducir el asunto a que las mujeres no quieren parir, sin considerar las condiciones en las que estamos viviendo.
Lo difícil que está la vida, mantenerse, encontrar médicos, hospitales, cuidos, educación… en fin, todo. No repita frases como esas.
¿Eliminar el Día de las Madres?
Comencé diciendo que eliminaría el Día de las Madres y quiero que leas las razones antes de comenzar a juzgar.
Al final, no tenemos que estar de acuerdo.
El Día de las Madres se ha convertido en un día de promover el consumo desmedido. Supuestamente, si quieres a tu mamá se lo tienes que demostrar con algo material.
¡Falso!
Otra razón es porque hoy es un día horrible para las personas que han perdido a sus madres o las madres que han perdido a sus hijos.
Mientras unos celebran con comida, otros acuden a un cementerio, y eso es muy duro.
Yo no necesito un día de las madres para regalarle a mi mamá, no necesito un día de las madres para compartir con mi mamá ni para agradecerle.
“Dream wedding”
En una ocasión, estando en la fila de una megatienda, vi que estaban vendiendo una Barbie vestida de novia que decía en la caja: “Dream wedding”.
Le tomé una foto porque me sentía indignada. ¿Realmente nacemos con ese sueño o nos lo impone la sociedad desde niñas?
Yo me siento tan feliz, completa, realizada, que créanme que no necesito nada más.
Si algún día, por alguna forma, soy madre, estoy convencida de que haré lo mejor que esté en mis manos.
Pero si no lo logro, también estaré bien.
He construido una familia hermosa que se sostiene sola y no necesita nada.
Ojalá y dejaran de presionar con la boda, el hijo, la casa, etc., y valoraran lo que somos. ¡Ojalá!